Entendiendo, en este ensayo, el término Patrimonio como englobador de las acepciones –histórico, cultural y natural- y no solo en lo meramente excepcional –atracción turística-, podemos establecer que éste se encuentra sujeto a la temporalidad, es decir, el paso del tiempo le afecta como a cualquier ser vivo.
De esta manera, debemos considerar que el Patrimonio es un ente con vida propia y no simples objetos inertes que son incapaces de transmitir más allá de su propia constitución física. Por consiguiente, dicha vitalidad debe contener virtudes y defectos, fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas.
Torre de Don Fadrique s. XIII (Fot. Fran Ibáñez)
A través de un somero vistazo a los recursos patrimoniales de Sevilla podríamos destacar como debilidad más acuciante la falta de inyección económica que le imprime en cada curso legislativo la Administración Pública a todos sus niveles, desde el local hasta el estatal. De este modo, se impide la constitución de programas de mantenimiento y previsión para el futuro de los elementos patrimoniales, dado el carácter de perdurabilidad que posee el Patrimonio.
Por un lado, cabría destacar la problemática existente respecto a las competencias en materia de Patrimonio que hoy día degeneran en situaciones de abandono del Patrimonio sevillano. Quizás esta situación tendría como solución evitar que saliera más barato, a un propietario particular, tener una finca declarada como ruina dentro del casco histórico que bien conservada. La primera meta que se ha de conseguir debe ser predicar con el ejemplo. Por tanto, se hace necesario evitar el estado de deterioro del patrimonio propiedad de las distintas administraciones si se quiere concienciar a los propietarios de su importante misión como usuarios y conservadores del entorno que les rodea.
Por otro lado, la complejidad y lentitud del aparato burocrático junto con la falta de flexibilidad por parte del estamento eclesial en relación con su patrimonio son cuestiones que deben dirimirse para una correcta difusión y revitalización del Patrimonio para el uso y disfrute de la ciudadanía en general, y porqué no del turismo en particular.
No deja de ser interesante la relación simbiótica entre la ciudad histórica y la ciudad actual, ya que puede ser considerada como la mayor amenaza que pueda tener el Patrimonio por culpa de la política especulativa que practica el Ayuntamiento de Sevilla desde hace varias legislaturas, aunque antes también hubo. Baste señalar el caso de las antiguas dependencias de la fábrica de artillería, un hito del patrimonio industrial, que desaparecerá en breve sustituido por pisos para nuevos inquilinos de nivel adquisitivo alto o muy alto.
La ciudad es un elemento en constante cambio, es dinámica y por lo tanto el centro histórico y todos los elementos patrimoniales también, porque al formar parte de ella también han sufrido el paso del tiempo, es sin más la realidad que nos encontramos en la actualidad.
Nosotros, desde el presente, formamos parte de ese devenir histórico que afecta al Patrimonio y por lo tanto también somos partícipes de esa huella que deja generación tras generación. Para ello, debemos articular mecanismos que degraden lo menor posible para intentar mantener una visión fidedigna de lo que hubo y de lo que hay. El Patrimonio lo construyeron nuestros antepasados y lo construimos, hoy día, entre nosotros, por eso es fundamental la participación de todos.
Otra amenaza que se cierne sobre el patrimonio sevillano se encuentra radicado en las agencias de viajes y en los turoperadores que reducen a la ciudad histórica a lo más estandarizado, dejando de un lado los verdaderos contenidos que permiten que el Patrimonio sea considerado como lo que es, producto de una obra colectiva y parte indisoluble en la configuración del territorio.
Pero no todo son aspectos negativos, ya que existen, por otro lado, las fortalezas del propio Patrimonio. Fortalezas que podemos ver ejemplificadas en los acuerdos alcanzados por parte de los diferentes niveles de la Administración Pública para la puesta en marcha de planes de desarrollo en materia patrimonial (rehabilitación de museos, ferias de muestras, creación de nuevos museos, planes especiales de protección del Patrimonio, expropiación de inmuebles catalogados, creación de Escuelas Taller, etc.).
La necesidad de inversión, en cuanto a recursos económicos se refiere, requiere la puesta en marcha de acciones y proyectos que desarrollen modelos de conservación y reactivación del Patrimonio. La inversión privada debe constituir, y en cierta medida lo consigue en Sevilla, un pilar fundamental en esta tarea, por lo que ha de ser un sector muy a tener en cuenta en un futuro inmediato y aprovechar las Fundaciones Culturales de las entidades bancarias para financiar actuaciones que impliquen un tendencia al desarrollo sostenible del patrimonio urbano y no se queden en meros coleccionistas de arte y organizadores de cursos especializados y exposiciones deslumbrantes.
Actividades que constituyen una gran oportunidad para acercarse al Patrimonio desde diferentes puntos de vista o miradas, haciendo posible una mayor sensibilización de la sociedad en su condición de usuaria y, por tanto, en su tarea de conservación de los elementos patrimoniales que le rodean. Uno de sus objetivos debe ser el fomento de una conciencia que incida en el ciudadano para llegue a estimar en su justa medida la herencia recibida a través del tiempo.
Actividades que constituyen una gran oportunidad para acercarse al Patrimonio desde diferentes puntos de vista o miradas, haciendo posible una mayor sensibilización de la sociedad en su condición de usuaria y, por tanto, en su tarea de conservación de los elementos patrimoniales que le rodean. Uno de sus objetivos debe ser el fomento de una conciencia que incida en el ciudadano para llegue a estimar en su justa medida la herencia recibida a través del tiempo.
Finalmente, no se deben olvidar las oportunidades que el Patrimonio posee cuando es capaz de compatibilizar, dentro de su gestión, diversas disciplinas conjuntamente con las nuevas tecnologías. Para ello es necesario crear un sistema de dinamización y de reutilización del Patrimonio de carácter sostenible si queremos convivir con él sin que éste nos resulte un objeto inútil y viejo que dejamos abandonado al polvo del desván, tiramos a la basura o esperamos que se caiga solo.
Tomando como referencia los estudios realizados por Milton Santos y por Susan Georges, entre otros, entendemos de manera resumida que el concepto de Desarrollo Sostenible significa conseguir el mayor rendimiento de un espacio determinado al menor coste (ambiental). Aplicado a la conservación preventiva del Patrimonio viene a significar la adopción de medidas que generen procesos de reactivación y en la medida de lo posible de autogestión.
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